Valle eminentemente ganadero, su historia está ligada a la familia de Garcilaso de la Vega. Fue territorio de hidalgos y de jándalos (nombre con el que se designa a los cántabros emigrados a Andalucía).

La capital del municipio se encuentra en Cotillo, a 54 kilómetros de Santander, donde se unen los valles del Besaya y el Pas.

El monumento más destacable es la iglesia románica de San Andrés (siglo XIII), en Cotillo, que contiene una venerada imagen de San Cristobal, del siglo XV.

El hórreo es el elemento etnográfico más importante del municipio, siendo el de Villasuso el mejor conservado.

Aún cuando “el pito y tamboril” son instrumentos comunes en la música de romerías de toda Cantabria, los piteros de Anievas han sabido destacar como consumados maestros.

Zonas bajas y laderas se alternan con los montes, no muy elevados, que conforman su paisaje. Merece la pena detenerse en el puerto de montaña conocido como “El Portillón“.

Visita imprescindible es el Centro de Interpretación de la Mitología de Cantabria, la Mitocasuca Anievas, que se conforma como un espacio para emocionar, informar, instruir y revelar a las generaciones actuales y futuras la tradición mitológica de Cantabria.

Esencial la fiesta mitológica “Un Valle de Leyendas” en Barriopalacio, que se celebra a mediados de agosto.