Val de San Vicente, Cruce de Caminos de Peregrinación Jubilar Patrimonio de la Humanidad

Val de San Vicente, entre el mar y la montaña, es un municipio único donde se bifurcan dos rutas de peregrinación jubilar Patrimonio de la Humanidad: el Camino del Norte y el Camino Lebaniego.

Ya en época de los romanos existían dos calzadas principales que atravesaban estas tierras. Una era la Vía de Agrippa, que continuaba hacia Asturias; posiblemente esta era el camino costero que utilizaban los primeros peregrinos jacobeos, y es el que recorrió el Emperador Carlos V en 1517 en su primer viaje por España para ser coronado rey. La otra calzada, conocida como Itinera Antigua, se cruzaba con la anterior en Estrada, y era el enlace del puerto de San Vicente con la meseta castellana atravesando el valle del Nansa.

Dos también son los ríos que esculpen su orografía, famosos por sus salmones y angulas: Nansa y Deva. El Deva, que lleva sus aguas desde Fuente Dé hasta la Ría de Tina Mayor, en Unquera, hace de frontera natural con Bustío, ya en la vecina Asturias. De nuevo un puente ayuda al peregrino a salvar los obstáculos de la ruta jubilar en Unquera. Aquí continúa el Camino del Norte hacia Santiago por tierras asturianas.

El río Nansa, que nace al pie de Peña Labra a unos 1.800 metros de altura, desemboca en la ría de Tina Menor y es el paso natural hacia Liébana y el Parque Nacional Picos de Europa, en cuyo corazón se haya nuestro destino, el monasterio de Santo Toribio, en este año Jubilar 2017.

Antes de llegar a Muñorrodero, la ruta a lo largo del Camino del Norte nos sigue sorprendiendo con joyas medievales de gran valor, como la torre-fortaleza de los Estrada, formada por un recinto amurallado, torre defensiva y capilla, de estilo gótico del siglo XIV. Actualmente en obras, es sede de la exposición permanente Maquis, realidad y leyenda. Se trata de un centro temático sobre la posguerra civil española que recoge el legado directo de sus protagonistas, como el conocido maqui Francisco Bedoya, oriundo de Serdio, a un kilómetro de distancia de Estrada.

Serdio es el último punto desde donde los peregrinos pueden divisar el mar y disfrutar de unas impresionantes vistas sobre la costa, que ya dejamos atrás. Aquí el peregrino encuentra todos los servicios esenciales: fuente, bar y albergue abierto todo el año, ubicado en el edificio de las antiguas escuelas, que dispone además de un agradable jardín.

Ya solo distan tres kilómetros hasta Muñorrodero, único lugar donde se cruzan dos rutas de peregrinación jubilar Patrimonio de la Humanidad. Nosotros seguiremos las flechas rojas que nos conducirán hasta el monasterio Santo Toribio, en pleno corazón de Liébana.

El Camino Lebaniego toma aquí rumbo hacia las montañas con el río Nansa como compañero , discurriendo por la Senda Fluvial hasta Camijanes, en Herrerías. Son unos siete kilómetros a lo largo del tramo inferior del río a través de un vistoso bosque de rivera sin más dificultades que algunos tramos de escaleras que pueden ser un inconveniente para los que opten por hacer el recorrido en bici.

También en Muñorrodero se encuentra la Cueva de la Fuente del Salín, utilizada como hábitat hace unos 22.500 años, en las que se han encontrado pinturas rupestres que datan del Paleolítico Superior. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000 pero actualmente se halla cerrada al público por la dificultad de su acceso.

No podemos dejar Val de San Vicente sin hacer especial mención de su fantástica gastronomía: lubinas de Pechón, salmones y angulas del Nansa y Deva, corbatas de Unquera… Todo un lujo para que los peregrinos repongan las fuerzas necesarias para continuar el Camino Lebaniego hasta llegar a la meta, el Monasterio de Santo Toribio, a través de esta fantástica ruta jubilar Patrimonio de la Humanidad.