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Disfrutando de la villa marinera de Laredo

Con motivo de la celebración este fin de semana de una nueva edición de la Batalla de Flores, te proponemos disfrutar de la villa marinera de Laredo, situada en la costa oriental de Cantabria a poco más de 50 kilómetros de Santander. Es una de las localidades más turísticas del norte de España. Entre sus atractivos están su conservado casco antiguo, su gran arenal urbano, la playa de La Salvé, una intensa actividad cultural durante el verano, un gran ambiente nocturno y una importante oferta hostelera.

Ubicada junto a una de las bahías más espectaculares del Cantábrico, Laredo es uno de los principales puertos de Cantabria. Su despegue está marcado por la concesión del fuero en 1200 de manos del rey Alfonso VIII, que le otorgaba la jurisdicción para la explotación comercial de la mar, desde la canal de Galizano hasta la desembocadura del Asón.

Asimismo, la villa fue escenario de dos viajes que marcan simbólicamente la España moderna: la partida en 1496 de Juana de Castilla, hija de los Reyes Católicos, a Flandes, donde se casó con Felipe de Borgoña “El Hermoso”, del desembarco de su hijo, el Emperador Carlos V, camino de su retiro de Yuste, sesenta años más tarde.

De su importancia en la Edad Media y Moderna da testimonio la arquitectura de la Puebla Vieja, del Arrabal de la villa, uno de los cascos urbanos antiguos más amplios de Cantabria, declarado conjunto histórico en 1970. En el casco urbano se puede observar una estructura regular de la población medieval, que se extendía entre la iglesia de la Asunción y el arroyo Bario, protegida por una gran muralla. Esta zona se dividía en tres rúas de este a oeste: San Martín, En medio y Yusera y otras tres de norte a sur. Todavía se pueden ver restos de las murallas y algunas de las antiguas puertas que en ellas se abrían.

Entre los monumentos religiosos que sobresalen en Laredo están la Iglesia de Santa María de la Asunción, se trata del templo más importante de Laredo y una de las más importantes del gótico cántabro. En ella destaca el retablo de “La Virgen de Belén” obra del siglo XV descrita por los expertos en arte como la más bella obra de escultura policromada de arte flamenco en Cantabria y uno de los más sombrosos y completos conjuntos de este estilo existentes en España. Además, destacan la venerable iglesia de San Martín, documentada desde el año 1068 y del convento de San Francisco.

De las construcciones civiles cabe destacar la serie de casas-torre del siglo XV que se han conservado, las casas góticas y las residencias señoriales de la Edad Moderna. Además han sobrevivido algunas construcciones de gran significación histórica como la casa-torre del Condestable de la rúa  de San Marcial, que ocuparon Isabel La Católica y Carlos V en sus estancias en la Villa.

Actualmente las calles de la Puebla Vieja y el Arrabal están plagadas de mesones y tabernas que ofrecen un ambiente festivo y bullicioso a la zona.

Las dos playas más importantes de Laredo son La Salvé y el Regatón; la primera es un gran arenal de arena fina y dorada de más de cuatro kilómetros de extensión ene. Que se dan unas condiciones excelentes para el baño. Al igual que en el resto de las villas costeras de Cantabria, la franja de mar laredana es un lugar idóneo para la práctica de deportes relacionados con la playa y el mar, concretamente aquí se practican el deportes de las palas, voley playa o fútbol playa en zonas acotadas para ellos. También se practican multitud de deportes náuticos como el wind-surf, el surf, la vela o la piragua.

Comer en Laredo. La villa cuenta con un buen número de restaurantes, algunos de ellos de gran prestigio dentro de la gastronomía cántabra. En Laredo el visitante debe probar el “pollo marino”, una peculiar elaboración del bonito cuya historia se debe a la “imaginación” de un cocinero de un barco pesquero que tras semanas en la mar sin probar la carne cocinó el bonito de forma que pareciera un suculento pollo. Los respigos, hojas tiernas del nabo, y los jibiones, también son típicos de la villa laredana. Por supuesto los pescados y mariscos del Cantábrico son imprescindibles, lo mismo que las anchoas en semiconserva o las conservas de bonito.

El mar ha sido, históricamente, la principal forma de vida de Laredo, tanto por la pesca como por la industria conservera o por la fabricación de barcos. Actualmente el turismo y la industria conservera son dos de sus principales actividades económicas.  

14/08/2015Sin categoría4 min

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