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De olor y sabor inconfundible…

El pasado sábado aceptamos la invitación de La Jarradilla y asistimos a una de sus afamadas catas de quesos. La cita era a las 19.00h poco a poco fuimos adentrándonos en los Valles Pasiegos y sobre las 18.45h llegamos a Tezanos, en el municipio de Villacarriedo, donde se ubica esta pequeña quesería de producción artesanal

 

A nuestra llegada, nos recibe María, quién nos cuenta que esta cata es especial, han invitado a otras pequeñas queserías de Castilla y Asturias y además, acompañarán la degustación que no cata (como a ellos les gusta decir ya que venimos a degustar y no a juzgar) con cerveza Dougall´s. La han elegido porque sigue su misma filosofía de pequeña y cuidada producción artesanal y cuya fábrica se asienta en los Valles Pasiegos, concretamente en Liérganes

La esmerada y cuidada presentación de las mesas nos hacía presagiar que sería una velada agradable.

 

María nos cuenta con orgullo que “La quesería La Jarradilla” es un proyecto familiar que iniciaron sus abuelos cuando se asientan en la finca que más tarde daría nombre a la quesería. Actualmente, trabajan 13 personas que cada día elaboran 4 variedades de queso con la leche que ellos mismos producen. 

Mucho ha cambiado desde entonces y la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio y un turismo emergente en estos Valles les animo hace algún tiempo a abrir su quesería cada sábado a las 12.00h para enseñar a través de visitas guiadas gratuitas, como elaboran sus quesos. Luego, le siguieron las catas, como la del sábado, y los talleres de elaboración de la tan apreciada “mantequilla pasiega”.

 

Los quesos de “La Jarradilla”:

“El queso Pasiego”: de corteza seca, fina y lisa, amarillo intenso. En boca se vuelve blando  y mantecoso al paladar, su sabor nos recuerda al del yogur su sabor es característico de los quesos que se elaboran en la zona.

“Braniza”: de color blanco intenso y sin corteza. Su sabor es suave, poco salado y ácido. Perfecto para untar en pan.

“Divirin”: originalmente cilíndrico, adquiere forma de torta irregular durante la maduración. Su corteza aterciopelada tiene un color ceniza con tonos azul grisáceo, salpicado de tintes enmohecidos. Dichos mohos crecen de forma natural dándole al queso la complejidad que le caracteriza. Quizás fue esa característica lo que le hizo alzarse con la Plata en los Premios Mundiales del Queso de 2009, en la modalidad de queso blando de vaca, entre casi 3.000 quesos.

 

El “Fresco”: Queso con pocos días de maduración y consumo. En boca posee una textura blanda, granulosa y fundente al paladar. Sabor ligeramente dulce, poco salado y con un punto de acidez suave. Que marina especialmente bien con las anchoas del mar Cantábrico.

Los griegos consideraban el queso “un regalo de los dioses”… 

 

Mientras María repasa los últimos detalles y se asegura de que todo este perfecto, los 23 participantes se van acomodando, lleno absoluto! 

 

Álvaro, su marido, fue el encargado de ir desgranando cada uno de los quesos que íbamos a degustar, comenzamos con el “Braniza”, el más suave de todos los que se estaban en la tabla. Y uno a uno hasta un total de ocho, los fuimos probando todos, mientras manteníamos una charla agradable con el resto de asistentes.

Estos encuentros gastronómicos son sin duda una actividad diferente y totalmente recomendable para realizar en pareja o con amigos por tan solo 18€ por persona.

 

Solo ellos saben cuál será su nuevo proyecto, a nosotros solo nos queda desearles suerte y darles las gracias por tan agradable velada!!

#DegustaCantabria 

26/02/2013Sin categoría, 3 min

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