Rockstar

Por una parte, en la idea de la cueva como un icono vivo, orgánico, un espacio vinculado a la propia tierra y su intimidad, “un paisaje tan terrícola que, paradójicamente, parece extraterrestre”, en palabras del propio artista. Por otro lado, en lo que significa Altamira por sí misma: el punto de partida, el origen donde encontrarse con el primer arte, un símbolo de creatividad y fuente de inspiración para artistas actuales.

La cueva es valorada como un icono tatuado, universal, una celebridad, una rockstar. Haciendo uso del flash y del collage fotográfico tanto desde un punto de vista técnico como conceptual (puesto que Tornero fotografía, usa y sintetiza fragmentos de la Neocueva y la cueva de las estalactitas), el artista muestra otro tipo de belleza más próxima al concepto de lo sublime, con formas anómalas, reinventadas, casi monstruosas.

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