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Zuloaga inaugura un área de interpretación para dar a conocer los vestigios funerarios de la necrópolis medieval de Raicedo, en Arenas de Iguña

El vicepresidente ha visitado también las obras de restauración que se han llevado a cabo en la Iglesia románica de San Andrés de Cotillo, en Anievas

El vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, Pablo Zuloaga, ha inaugurado esta mañana la nueva área de interpretación construida para dar a conocer los vestigios funerarios del cementerio cristiano medieval de San Juan de Raicedo, en Arenas de Iguña, datados entre los siglos XVIII y X.

Durante la visita a esta necrópolis medieval, el vicepresidente ha explicado que el objetivo es generar un punto de divulgación del románico y el mundo funerario altomedieval. También se trata, ha añadido, de poner en valor los recursos y el patrimonio arqueológico de Cantabria, promoviendo su conocimiento, difusión y conservación.

Acompañado por la directora general de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, Zoraida Hijosa, y el alcalde de Arenas de Iguña, Pablo Gómez, Zuloaga ha señalado que las actuaciones realizadas se han centrado en la restauración de este espacio arqueológico funerario, favoreciendo su visita cultural y la dinamización del patrimonio cultural arqueológico de esta zona de Cantabria.

Junto a esta área de interpretación, los trabajos llevados a cabo han incluido la reconstrucción de las tumbas, la consolidación del muro de la necrópolis y la instalación de cartelería y señalética necesaria para comprender y poner en valor la importancia de este yacimiento.

Posteriormente, el vicepresidente regional y la directora general de Patrimonio Cultural, acompañados por el alcalde de Anievas, Agustín Pernía, han visitado las obras de restauración y tratamiento integral de diferentes elementos de madera que se han llevado a cabo en la Iglesia románica de San Andrés de Cotillo.

Zuloaga ha indicado que estos trabajos han estado dirigidos a asegurar la conservación de este monumento histórico artístico, declarado Bien de Interés Cultural en enero de 1982.

Para ello, las obras han incluido la sustitución del entarimado y de la escalera del coro, realizando previamente un tratamiento por termonebulización para romper el ciclo biológico de los insectos que atacan la madera (termitas y carcoma fundamentalmente) y los motivos escultóricos.