El Gobierno estudia con el Ayuntamiento de Soba instalar una tirolina doble desde el Pico Eras
El proyecto, de unos 500 metros de longitud, discurre por encima del río Gándara y supondría un importante recurso turístico para el Valle de Soba
El Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Soba estudiarán el proyecto de instalación de una tirolina doble de 500 metros de longitud desde el Pico Eras que atravesará el río Gándara en un trayecto con importantes desniveles y un gran atractivo paisajístico. El proyecto prevé un presupuesto de 150.000 euros.
El consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, ha recibido esta mañana en su despacho al alcalde de Soba, Julián Fuentecilla, quien ha presentado el proyecto que pretende crear una oferta de ocio que dinamice la actividad en torno al turismo activo. Según ha señalado Fuentecilla, sería la primera tirolina doble del norte de España y formaría parte de un proyecto denominado ‘Cantabria, territorio Zip Line’, que constaría de al menos cuatro grandes instalaciones, de las que una de ellas, la primera, ya está funcionando en Liébana.
Martín se ha mostrado muy interesado en la iniciativa al considerar la tirolina como un recurso que contribuirá a enriquecer un tipo de turismo donde Cantabria puede competir a gran nivel, el turismo activo en el que las personas no sólo visitan los lugares, sino participan de actividades y se integran en el territorio para sentir y vivir experiencias intensas gracias a sus características orográficas y a su excelente belleza natural.
La tirolina, que llevará el nombre de ‘Tirolina doble del Valle de Soba‘, podrá desplazar, como su propio nombre indica, a dos personas con la instalación de una línea de cable de acero para el descenso con poleas y arneses. Está concebida para el uso de un cliente tramo de cable, es decir, en ningún caso dos usuarios pueden bajar por el mismo cable.
La instalación constaría de dos cables principales y su correspondiente estructura de soporte del mismo y las consiguientes plataformas. Esta tirolina supondrá la construcción de unas zapatas de hormigón, embutidas en el terreno para reducir el impacto ambiental. Sobre las zapatas irán sujetos unos soportes de acero galvanizado y sus tensores, con unas medidas discretas en altura entre 2,5 y 3,5 metros. Sujetas a estos soportes irían las plataformas para dar la salida y llegada de los usuarios. Éstas serían las únicas ocupaciones de suelo con unos 10 metros cuadrados de superficie cada una.
El proyecto presentado prevé unos materiales que además de cumplir los requisitos de máxima seguridad, reúnen una buena integración paisajística, sin impacto visual.