newsletter

El Gobierno de Cantabria pone en valor diez rutas culturales y medioambientales en Arenas de Iguña

La Consejería de Turismo pretende dinamizar el territorio con el acondicionamiento y la instalación de paneles informativos

El Gobierno de Cantabria, por medio de la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, ha puesto en valor diez rutas culturales-turísticas y medioambientales que discurren por diversos puntos de Arenas de Iguña. Se trata del acondicionamiento y la instalación de las correspondientes señalizaciones con paneles que cuentan con contenido interactivo, cuya inversión es de 39.000 euros.

Martín ha señalado que el objetivo de estas mejoras es dinamizar el territorio y dar un impulso a los negocios locales de hostelería como respuesta a la demanda real de los visitantes de la zona.

Así, ha asegurado que las nuevas rutas contribuirán a difundir el gran patrimonio natural, paisajístico y ecológico que posee el municipio y ha animado a los visitantes a conocerlas porque “están bien informadas, guiadas e interpretadas, y merecen mucho la pena”.

En la misma línea se ha pronunciado el alcalde de Arenas de Iguña, Pablo Gómez, quien ha confiado en que estas nuevas rutas servirán para impulsar el atractivo turístico del municipio, “con un paisaje y un patrimonio construido y natural con los que los turistas pueden disfrutar como en otros lugares de Cantabria”.

Rutas culturales y ambientales

La primera ruta se centra en el conjunto arquitectónico de la sierra del Escudo, que comprende el Cantón, la Espina del Gallego y Cilda (sendero Ruvalle). De unos 10 kilómetros de longitud, salva un desnivel de 850 metros y su recorrido se lleva a cabo entre tres y cuatro horas. Pasa por varios yacimientos arqueológicos de la Edad del Hierro relacionados con el Bellum Cantabricum, en concreto los relacionados con el asedio a los cántabros por parte de las tropas romanas que tuvo como eje central la Sierra del Escudo. El camino, siempre ascendente, se inicia en el pueblo de la Serna y puede atajarse por el sendero Ruvalle, de gran belleza al internarse entre la característica vegetación de ribera, con avellanos, alisos y algún castaño entre los robles.

La segunda ruta es parte de la que muestra los atractivos del románico y concretamente se limita a San Juan de Raicedo y Helecha. Tiene tres kilómetros de longitud, con un desnivel de unos 25 metros y una duración aproximada de hora u hora y media. La ruta comienza en el pueblo de San Juan de Raicedo, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre, antiguo monasterio de la orden de Malta (San Juan de Jerusalén), que posiblemente estableciera allí un priorato a comienzos del siglo XII. Continúa en dirección a Arenas pasando por la ermita de San Antón, la ermita de Santa Lucia (siglo XIV), la capilla del Cristo de los Mesones, la iglesia parroquial en honor a San Esteban (reformada en el siglo XVIII) y la iglesia de La Asunción de la Serna de Helecha (siglo XI).

La tercera ruta, de 4 kilómetros, con desnivel de 150 metros y poco más de una hora de duración, es la de la ermita mozárabe de San Román de Moroso que parte de Bostronizo y discurre por una pequeña zona boscosa hasta llegar a esta ermita, uno de los pocos ejemplos de arquitectura mozárabe que quedan en Cantabria (siglo X) y es Bien de Interés Cultural desde 1931. En su entorno se descubrió una necrópolis altomedieval con tumbas de lajas y enterramientos en sarcófagos.

La cuarta ruta, de 3 kilómetros de longitud y más de una hora de duración, nos conduce al Castro Pepín y se inicia desde el pueblo de Pedredo para conocer este yacimiento de la Edad del Hierro que es una pequeña fortaleza amurallada. Esta ruta también atraviesa el bosque de castaños de Las Fraguas.

La quinta ruta es la del bosque de Rodil desde San Cristóbal. Tiene 7 kilómetros de longitud y se tarda en recorrerla entre dos y tres horas con un desnivel de 350 metros. Pasa por un frondoso bosque de robledales, acebos y un hermoso hayedo, donde es habitual ver corzos o escuchar venados.

El sexto sendero tiene 9,8 kilómetros, salva un desnivel de 700 metros y se tarda en recorrerlo entre tres y cuatro horas. Se trata del camino viejo del Moral que parte de Los Llares, población que se encuentra a las puertas del Parque Natural Saja-Besaya. El recorrido asciende a la Braña del Moral, hasta llegar a la ermita del Moral que se sitúa a 1.050 m de altitud. El actual templo se comenzó a construir en 1623 sobre otro santuario del que ya se tiene constancia en 1501.

La séptima ruta, la de Cuchío-Moral, se trata de un camino abrupto que parte desde Los Llares. Salva 700 metros de desnivel y se tarda entre tres y cuatro horas para recorrer sus 7 kilómetros. Consta de una ascensión por lo más abrupto de la Manzana, pasando por el Pradón, las Cuestas, Peñas Negras, la Manzana y Cacedio hasta la braña del Moral.

La octava ruta, Cuchisecos-Joyancón, tiene 8 kilómetros de longitud, se recorre entre tres y cuatro horas, salva un desnivel de unos 600 metros y también parte de Los Llares hacia el ascenso del Cuchisecos, sendero que discurre zigzagueante próximo a las carboneras donde antaño se elaboraba el carbón vegetal. Entre robles y hayas se llega a La Plana y siguiendo las curvas de nivel se llega a la Cabaña del Marques, escondida en un acebal y próxima a un bebedero donde se puede descansar antes de iniciar el descenso hasta Joyancón.

La novena ruta, San Vicente-Obios tiene como partida San Vicente de León y asciende los picos más representativos de Arenas de Iguña: El Navajos y Obios. Cuenta con 10 kilómetros de longitud, un desnivel de 800 metros y una duración aproximada entre cautro y cinco horas. Lo más característico del camino son las extensas brañas y el monte bajo que está siendo conquistado de manera natural por robles. Desde ambos picos se obtienen unas vistas privilegiadas de la zona. Desde El Navajos se controla la totalidad del Valle de Iguña y desde Obios también el Valle de Cabuérniga.

La décima y última ruta, Los Llares-La Serrulda, parte de los Llares y pasa por paisajes de vegetación de ribera, robledales, bosquetes de acebos y castaños. Tiene 7,5 kilómetros de longitud, salva un desnivel de 500 metros y su duración se estima en tres horas.