En superficie se encontró un buril de sílex. A lo largo de la cueva se localizan nódulos de sílex con signos de haber sido explotados durante la Prehistoria. La cavidad no fue empleada como hábitat. Posee 22 grabados incisos y varias pinturas rojas, que representan cuadrúpedos y signos, todo ello concentrado en una salita próxima a la boca. Los grabados conforman figuras de ciervas y algún cáprido, así como signos, entre los que son reseñables los vulvares. Las pinturas rojas, más escasas, representan a dos osos (uno de ellos completo), dos caballos (representados por la cabeza y la línea cérvico-dorsal), y signos como puntos, manchas, y un tectiforme. Otras figuras menos definidas, como la cabeza de un posible bisonte, completan el conjunto, el cual cabe ser asignado al Estilo III de Leroi-Gourhan, con una cronología Solutrense (entre 20.000 17.000 años antes del presente).
Estilo artístico |
Arte rupestre paleolítico |
Acceso |
Desde la carretera S-224 se toma el desvío al pueblo de Riclones, justo antes de alcanzar el pueblo de Celis. Una vez contactado el guía en Riclones, se accede a la cavidad, bien en barca a través del pantano de la Palombera-, bien por un sendero. |
Época |
La cavidad fue empleada únicamente como santuario, durante el período Solutrense (entre 20.000 y 17.000 años de antigüedad). |
Características |
Cavidad angosta de 500 m de desarrollo lineal y trazado laberíntico. Posee dos bocas muy reducidas que se abren escasos metros por encima del nivel de las aguas del pantano. Fue descubierta, en 1976, por un grupo de espeleología e inmediatamente fue objeto de estudio por parte de M. A. García Guinea, director del Museo de Prehistoria de Santander.
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