El castro es conocido desde los años sesenta del pasado siglo, habiéndose excavado en varias campañas, realizadas por el Seminario Sautuola, bajo la dirección de M. A. García Guinea. En dichas campañas de excavación se localizaron algunos materiales arqueológicos en la parte occidental del mismo, donde a su vez se puso al descubierto la muralla. No obstante, los principales materiales fueron hallados en la vaguada situada al Norte del castro. Estos consistían en cerámicas, realizadas tanto a torno, de tipo celtibérico, como a mano abundantes objetos metálicos, con fíbulas, cuchillos, etc. restos de fauna y otros. Se trata de un castro prerromano situado en la cima de una pequeña colina. Presenta una muralla realizada a base de sillares irregulares, que delimita todo el recinto. En el interior del castro no se ha observado la presencia de ningún tipo de estructura. En la parte septentrional del monte, fuera del recinto amurallado, hay una vaguada donde se han realizado las principales excavaciones, y donde se documentó una estratigrafía compleja, con gran número de materiales arqueológicos. Su funcionalidad es desconocida, aunque por el material hallado y las características del lugar, posiblemente se trate de la necrópolis del castro.