Cantabria a la mano y al pulgar
Si hay algo verdaderamente característico del paisaje de los pueblos de Cantabria, son nuestras boleras. El juego de los bolos, uno de los deportes más tradicionales de nuestra región, no es exclusivo de Cantabria, no en vano constituye una de las familias de juegos tradicionales más extendida por la geografía europea, aunque aquí tenemos nuestras propias reglas y formas de practicar este juego de lanzamiento de precisión.
En Cantabria, se tiene noticias del juego de los bolos ya en el siglo XVII, cuando cualquier lugar era bueno para practicar este deporte, incluso en plena calle. Durante el siglo XIX los corros – espacio donde se juegan los bolos – se ubican generalmente en la plaza del pueblo, muy cerca de la iglesia, cuya campana marcaba el final de la misa y la posibilidad de dar comienzo al juego.
El paulatino alejamiento de la zona de tiro, y el consiguiente peligro de las bolas lanzadas, obligó a delimitar el recinto de juego, bolera o corro, con paredes de piedra que dan lugar a las boleras tradicionales que hoy se conservan en lugares como Santillana del Mar o Puente San Miguel, entre otros.
A finales del siglo XIX algunas boleras fueron sustituidas por otras construidas junto a las tabernas en donde sus dueños conjugan el juego con el negocio. De esta manera, y con el paso de los años, se fue extendiendo su práctica a las distintas localidades, asimilando cada zona una modalidad diferente, llegándose a las actualmente practicadas, que son cuatro: Bolo Palma, Bolo Pasiego, Pasabolo Tablón y Pasabolo Losa.
Hoy en día, además de las próximas a iglesias y establecimientos hosteleros, podemos encontrarlas en parques y zonas públicas, en algunos casos como grandes instalaciones, tanto al aire libre como cubiertas. Con esta introducción, creemos está clara nuestra propuesta de hoy. Queremos animarte a hacer una ruta de bolera en bolera para que descubras las distintas modalidades de este juego y aproveches a descubrir maravillosos lugares de Cantabria Infinita.
Hoy en día, hay en uso más de 250 boleras repartidas por el territorio regional, por lo que nos resulta difícil elegir, así que te proponemos una selección que aúne boleras cubiertas y al aire, así como aquellas en las que se practican distintos tipos de juego de bolos. ¿Te animas? Pues vamos a ello.
Empezamos este recorrido en un lugar excepcional, el Hotel Aliva y el Parque Nacional de Picos de Europa. Y es que, junto al hotel a unos 1.800 metros de altitud, encontrarás una bolera. Un lugar extraordinario, al que accederás gracias al teleférico de Fuente Dé en poco más de cuatro minutos, y que una pequeña caminata de media hora te adentrará en pleno Parque Nacional de Picos de Europa y te llevará hasta esta bolera donde poder disfrutar de este deporte autóctono.
No menos atractiva es la bolera de La Población en Campoo, desde la que podrás divisar el embalse del Ebro y en cuyos alrededores podrás degustar la mejor gastronomía regional con sus excepcionales carnes y hojaldres a la cabeza.
Los Valles Pasiegos son el lugar de origen del juego de bolos que lleva su nombre, aunque en esta comarca se pueden practicar cualquiera de las cuatro modalidades. Ya sabes que estando en Valles Pasiegos no puedes dejar de disfrutar de su magnífica naturaleza, sus pueblos con encanto y sus sobaos y quesadas.
Una de las boleras clásicas de la región es la de La Robleda en Puente San Miguel, donde se disputa uno de los torneos clásicos de bolos, el Marcelino Botin, con 50 años de historia a sus espaldas. Como ya habréis identificado este torneo nace de la mano de la familia Botin, fundadores del Banco de Santander y del Centro Botin, así como descubridores de la cueva de Altamira, tres señas de identidad de nuestra tierruca.
Si lo que te gustan son las construcciones típicamente montañesas deberás visitar la comarca de Saja Nansa, concretamente en Roiz, capital de Valdáliga, encontrarás una bolera donde se practica el bolo palma.
Para los que disfrutáis de vuestra estancia en nuestra Cantabria Infinita en Santander, tenéis también varias boleras tanto en la capital como cerca de la misma. La que podéis ver en la fotografía inferior se encuentra en Renedo, a 20 minutos de la capital, y como podéis ver está cubierta desde 2002, lo que permite practicar este deporte cualquier día del año.
La Severino Prieto de Torrelavega, es otra de las boleras cubiertas que hay en Cantabria. En ella se celebra el concurso de La Patrona, torneo centenario de la región, lo que la convierte en una de las más visitadas y conocidas. Además, esta bolera es en la que en más ocasiones se ha celebrado el campeonato de España, que este verano, a finales de agosto, podréis disfrutar los que vengáis a visitarnos.
Otra de las boleras cubiertas que encontraréis y que es ideal para los amantes del surf, ya que se encuentra en Loredo. En su ayuntamiento, Ribamontán al Mar y en el vecino de Ribamontán al Monte, hay varias boleras, como la de Omoño, que aparece en la imagen inferior y en la que se practica otra de las modalidades de bolos, el pasabolo losa.
Terminamos este recorrido, en el que son todas las que están pero no están todas las que son, en otra de nuestras villas más visitadas, Laredo, donde encontramos la bolera las cárcobas cuya especialidad que se practica es el pasabolo tablón.
¿Qué te parecen nuestra ruta de hoy? ¿A que estás deseando tener días libres para venir a vernos y poder jugar a los bolos? Recuerda que por el territorio regional hay escuelas de bolos donde podrás adentrarte, practicar y descubrir un poco más este deporte típicamente cántabro.
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Ven a disfrutar en Cantabria, + x descubrir
*Queremos agradecer a Jose Angel Hoyos la cesión de las imágenes para la elaboración de este post